Podríamos llamar especulador a toda persona que compra un producto para venderlo por un precio superior. Aquí se pueden encontrar desde el más pequeño comerciante que compra naranjas a 10 centavos y las vende a 20, para obtener la diferencia como beneficio, el que vende zapatos por un precio superior al de la compra, las tiendas de ropa, que la venden superior a los costos, las tiendas de comestibles, los grandes almacenes, aquellos que compran una finca y esperan que su valor sea superior al de la compra. Todo comercio es especulación.

Sin embargo, despectivamente se llama especuladores a aquellos que compran y venden productos financieros. Siendo este hecho solamente real en aquellas entidades Financieras o bancos que tienen Sociedades de Valores y ejercen la compraventa de sus propias acciones para revenderlas posteriormente a sus propios accionistas, o a terceros. A ellos si los podríamos llamar especuladores, o aquellos fondos Buitre que recogen del mercado las miserias del comercio para ejecutarlas legalmente. Aquellos que tienen medios suficientes para manipular los precios por el volumen de su capital. Aquellos que ejercen la información privilegiada en detrimento de los demás. Esos si serían los especuladores.

Un hombre normal o varios hombres que realizan la actividad de las operaciones son totalmente diferentes. El Operador, palabra que puede definir a las personas que compran o venden productos financieros, acciones, futuros, divisas, metales preciosos, bonos etc.

La actividad del operador es la que permite que el mercado tenga liquidez en la compra y venta de las acciones o en activos financieros. Si alguien que quiere vender no encuentra comprador, la liquidez del mercado desaparece, igualmente aquellos que quieren comprador no encuentran vendedor igualmente no tienen liquidez.

El operador compra y vende y estos son más que necesarios para que aumente el volumen del intercambio, sobre todo en las posiciones cortas. Este hecho no lo entiende la actual reguladora, la CNMV. Quizás por falta de conocimiento de lo que es la propia actividad comercial.

Las posiciones cortas, o bajistas son las más peligrosas para el que se posiciona en ellas, ya que en un momento determinado tiene que recomparar las acciones o futuros vendidos, y si las recompra es porque puede haberse girado el mercado y el ciclo ha cambiado de tendencia bajista a alcista, por ese motivo se tienen que recomprar. Si nadie, absolutamente nadie vende unas acciones o se venden menos de las que hay en el mercado para la compra, es cuando los precios suben, estas posiciones de recompra hacen que los precios se impulsen con fuerza para arriba, nadie que ha comprado y ve que su valor sube vende, todo lo contrario compran más, impulsando los precios a máximos y estrangulando las posiciones cortas o bajistas. Acuérdense de la empresa automovilística VW. Siempre se puede estrangular a los cortos, es realmente sencillo estrangular a los cortos.

En este punto es donde están y son necesarios los operadores para el incremento del volumen y liquidez del mercado, tanto alcistas como bajistas, personas que intentan obtener unos beneficios por las diferencias de los precios.
Las estadísticas demuestran que el 95 % pierde dinero, si esto es así las personas que ejercen esa profesión deberán de ser diferentes a los demás o muy especiales. Si fuera tan fácil, tan sencillo ser operador, no habría médicos, abogados, ingenieros, taxistas e incluso albañiles. Todos serían operadores.

La palabra especulación es diferente, palabra despectiva que se emplea para personas que parece ser que, ilícitamente o con medios y artimañas obtienen beneficios de la diferencia de los precios en los productos financieros o en otras actividades. Aquí puede mencionarse a la banca, a la información privilegiada, a la información desvirtuada de los datos contables. Pero nunca a una o unas personas que solamente apuestan porque un precio puede subir o bien que pueden bajar, estos últimos no tienen recursos económicos suficientes, para la manipulación de los precios, solamente pueden mover un limitado número de acciones o contratos de un futuro o una materia prima determinada, simplemente acompañar la tendencia de los precios. No tienen otros medios.


Las operaciones son para los valientes y hombres con nervios de acero. Para aquellos hombres o mujeres que tienen el valor de ser ellos mismos. Para aquellos que escuchan su propio instinto por encima del ruido de las voces ajenas al mercado. Para aquellos que saben que lo realmente importante es conocerse a sí mismos, en lugar de perder el tiempo imitando a los demás. Una parte de la vida es para aquellos que no permiten que la duda enturbie su firme decisión de seguir adelante, de caer y de volverse a levantar. La vida es para los que han aprendido la rigidez de la disciplina en uno mismo, a compartir ideas, pensamientos, a respetar y ser respetados, amarse a uno mismo y a su amor propio, mucho más allá de donde alcanzan las palabras, y que muestran cada día a través de su ejemplo su verdadero valor.