Aprender a invertir en Bolsa te garantiza una cosa: que al principio vas a perder dinero. Todos queremos ganar más dinero. Aunque hay múltiples formas de lograrlo, invertir en Bolsa es una de ellas. Para ello debemos seguir unas normas básicas y así podremos hacer crecer nuestra cuenta de inversión de forma más o menos sostenida.

Si actúas según la filosofía del riesgo mínimo, sobrevivirás al aprendizaje y podrás pasar a la segunda fase: la de ganar dinero.

Estas son algunas de las características que te llevarán a aumentar poco a poco tu capital:
  • Tener una estrategia. Para invertir en Bolsa se debe tener una estrategia, tanto técnica como de control del riesgo. Se deben seguir una serie de reglas definidas ya sea por el análisis técnico y/o por el análisis fundamental. ¡No podemos comprar demasiado pronto o demasiado tarde porque no podemos dejar escapar esa subida!
  • Disciplina. Se debe tener una disciplina totalmente rígida para seguir esta metodología. Quizá esta sea la parte más difícil para los traders e inversores principiantes (e incluso para los profesionales), debido a la carga emocional que tiene sobrevivir en los mercados financieros. ¡No podemos inventarnos mil reglas para entrar en los mercados, pero ni una sola para salir de ellos!
  • Perseverancia. Es fundamental. Ningún trader o inversor puede decir que desde su comienzo siempre ha estado ganando dinero: siempre hay malas épocas. Se debe seguir adelante, siempre afinando nuestras estrategias. ¡No podemos entrar en los mercados pensando sólo en cuánto ganaremos olvidando cuánto podemos perder!
  • Paciencia. Es el principal impedimento por el que muchos inversores no son aptos para invertir en Bolsa. Si bien es cierto que habrá oportunidades en las que veremos ganancias muy pronto, también habrá otras en las que tendremos que aguardar con paciencia, siguiendo nuestras reglas del inversor. ¡No debemos vivir pegados a los gráficos en tiempo real! Esto sólo nos creará una gran ansiedad.


Mientras tanto, debemos asegurarnos de que nuestras pérdidas son muy pequeñas y llevaderas para nuestros bolsillos: ¡no se te ocurra olvidarte de poner un stop loss!, opera con una cuenta que puedas “controlar”, no te metas en apalancamientos si no sabes cómo trabajar con ellos, no tengas docenas de indicadores en pantalla sin conocerlos a fondo, nunca arriesgues demasiado en cada una de tus operaciones,…

Estas son algunas de las claves para perder el dinero de nuestra cartera con la velocidad de un rayo:
  • No saber de análisis técnico ni de análisis fundamental. El éxito en la Bolsa no está en pálpitos ni en adivinar los mercados. Es indispensable tener herramientas para analizar los mercados e identificar los mercados.
  • No tener una estrategia de inversión: precio de entrada, stops y objetivo. Si no pones stop loss, es evidente que puedes llegar a perderlo todo. Si acompañas tu posición de un stop loss, entonces podrás perder solo hasta el stop loss. Aprovechar lo que nos proporciona el análisis técnico y el análisis fundamental es fundamental en la definición de una entrada y una salida. Estos movimientos deben obedecer siempre a las reglas predefinidas por nuestra estrategia.
  • No tener una estrategia de control de riesgo (Gestión de Capital). Es lo último que aprende un inversor profesional, pero es indispensable. Ser expertos en el análisis técnico y/o fundamental no es suficiente, hace falta una estrategia de control del riesgo para obtener buenos resultados consistentemente. Nuestra gestión de capital nos ayudará a determinar el tamaño de las posiciones (cuántas acciones podremos comprar de cada activo), para que, cuando entremos en una racha de operaciones perdedoras, nuestra cuenta no se vea tan mermada como para echarnos fuera del mercado.
  • No respetar alguna de sus estrategias. Esto puede hacer que aunque un inversor no cometa los 3 pecados anteriores, fracase. Aquí entra en juego la disciplina, la fuerza de voluntad, la paciencia y el vencer todos los demonios mentales y emocionales a los que un inversor se enfrenta a diario en los mercados.
  • Equivocarse no es malo, los errores son un buen aprendizaje en los mercados financieros y nos permiten aprender mucho más rápido y mejor que un acierto. Pero debemos tenerlos con la garantía de no salir escaldados de los mercados. Lo importante no es cometer un error, sino no volver a caer en ellos.