Hoy nos planteamos la pregunta: ¿son preferibles los bonos corporativos o las acciones?

Las obligaciones negociables (ON) o bonos corporativos, son fuentes de financiamiento que tienen las empresas que se comprometen con los inversores que adquieren esos bonos a devolverles el dinero invertido en un plazo más el pago de intereses.

Básicamente, es el mismo concepto que un bono soberano… Y de hecho, si comparamos unos con otros, los bonos corporativos ofrecen más visibilidad de los retornos que la deuda pública.

¿Cómo funcionan los bonos corporativos?

Imaginemos que una empresa, YPF supongamos, desea expandirse, para lo cual necesita dinero y decide pedirlo prestado. ¿Cómo lo hace? Puede, por ejemplo, ir al banco que le define montos, intereses y plazos. Si bien ésto es negociable, hay limitaciones regulatorias y políticas del banco.

Por eso, casi siempre las empresas prefieren emitir bonos corporativos. Es la empresa quien determina el monto, el plazo al que se compromete a devolver el dinero, y la tasa de interés que pagará.

Por otro lado, son los inversores, los que determinan si les parece interesante lo que la empresa decide y si es seguro invertir en ella.

Antes de invertir en bonos corporativos, hay que observar lo siguiente:

Vencimiento del bono: va de 5 a 12 años.
Estructura o tipo de interés que pagará el papel
Interés fijo que no varía durante el plazo

El bono variable se ajusta siguiendo algún índice de referencia
Por otro lado, los bonos convertibles pueden canjearse por acciones de la empresa

Las características del cupón, que es como se llama al pago de los intereses. Usualmente se abonan de forma semestral, pero hay algunos que pagan hasta el vencimiento

Acciones y bonos corporativos: diferencias

Al adquirir una acción, el tenedor de la misma se vuelve propietario de un porcentaje de la empresa, así sea el 0,01%, pero cuando se compra un bono corporativo, se pasa a ser acreedor, es decir, la empresa le debe dinero a los tenedores de esos bonos.

En el primer caso, se comparte con la empresa sus riesgos, sin existir una obligación de parte de la compañía de devolver el dinero a sus accionistas.

En cambio, en el segundo, la empresa tiene la obligación de devolverle a sus tenedores de bonos su dinero al final del plazo estipulado, con los intereses acordados.

Las ventajas de invertir en bonos corporativos

Con las acciones alcanzando máximos históricos, merece la pena considerar otra modalidad de inversión. Hay que considerar lo siguiente:

La diversificación mediante una nueva clase de activos
Un flujo de caja más regular a través de bonos corporativos con alto rendimiento. Son una buena alternativa a las acciones.
Oportunidades de cobertura, es decir, pueden generar a la cartera en momentos de caídas inesperadas.

Pero además de eso, la deuda corporativa proporciona ventajas frente a las acciones que son muy dependientes del crecimiento.

Otro factor importante radica en que el crédito ha sido una clase de activo estable en el largo plazo. Los datos históricos demuestran que se ha comportado bien incluso en períodos en los que la situación de las economías ha sido débil.

Los riesgos de invertir en bonos corporativos

También existen riesgos que deberán tenerse presentes:

La empresa quiebra. Las obligaciones de pago en este caso funcionan así: se liquida a los empleados, después a los acreedores y finalmente a los accionistas.

Ese riesgo se puede reducir invirtiendo en empresas con finanzas sólidas, carteras sanas y visión de crecimiento.

Si la compañía cae en un impago, es decir, no ha quebrado, pero tampoco tiene dinero para cubrir el monto de los bonos emitidos, lo que hace es negociar una reestructuración del financiamiento.

Durante el tiempo de vida del bono, su valor puede subir o bajar, pero llegado el momento la empresa debe pagar lo estipulado.