Cuando se invierte en Bolsa, hay que pensar también en cómo ir incrementando el capital de la cartera, porque muchos inversores reconocen que, cuando comenzaron a invertir, cometieron este error. Probablemente, ese error fue estimulado en exceso por una
buena racha.

Sin embargo, es sabido que un inversor puede ser ganador con cincuenta mil dólares en su cartera, pero también puede convertirse en un perdedor con el doble.

¿Tú te consideras un buen conductor porque nunca has tenido ningún accidente al volante de tu vehículo? Bien, pero eso no quiere decir que, de pronto, puedas ponerte al frente de un camión con tráiler. Antes, tendrías que probar con otros vehículos de carga menos pesados.

Otro ejemplo parecido sería el de una persona que se decide a salir a correr cada día. Seguramente, empezaría con uno o dos kilómetros, y, después de un tiempo de entrenamiento, quizás se apuntaría a una carrera de cinco kilómetros, pero no a una media maratón ni a una maratón de 42 kilómetros. Si así lo hiciera, lo más probable es que tuviera que parar al poco tiempo de empezar la carrera, o que sufriera una lesión, por ejemplo.

De la misma manera, en bolsa, también resulta del todo arriesgado pasar de gestionar una cartera de cincuenta mil dólares a una de un millón.

El capital de la cartera se debe aumentar de forma progresiva, y no de golpe. De lo contrario, muy probablemente se puede perder el control de la inversión y, por lo tanto, tener sucesivas deudas y continuas pérdidas de capital.