"Si usted discute con el mercado, acabará perdiendo", dijo una vez Larry Hite, famoso inversor y gestor de fondos estadounidense. La frase es muy real, ya que los únicos responsables de nuestra operativa en los mercados somos nosotros mismos; nadie más.

Somos nosotros los que decidimos qué acción comprar y cuándo hacerlo. También somos los que decidimos cuánto invertir, qué riesgo máximo estamos dispuestos a asumir por operación y en qué momento salir si sale mal o si le va bien a la inversión que hemos iniciado.

De nada vale buscar otros culpables cuando sucede algo inesperado; es absurdo que nos engañemos con reflexiones como "si la acción no hubiera bajado tanto, entonces...", o "si la Fed no hubiera anunciado ayer la bajada de las tasas de interés", por citar frases por el estilo.

No tiene sentido plantearse este tipo de cuestiones, porque nuestras creencias no van a cambiar nuestros resultados: el mercado siempre tiene razón, y por ende, hará lo que tenga que hacer en cada momento. Como nuestra inversión es sólo nuestra, somos los únicos responsables de cómo nos afecta el comportamiento de los mercados.

Cada inversor toma sus posiciones en función de lo que considera oportuno, más allá de si la bolsa subirá o bajará. Entonces, "discutir" con el mercado no sirve para nada.

Y si llega a ocurrir que discutes con el mercado, eso significará que tienes que hacer lo posible por dominar tu ego.

Por ejemplo, puedes preguntarte si tu método es bueno. Si crees que lo es y confías en él, no te importará lo que haga el mercado cada día ni necesitarás poner excusas ante cualquier acontecimiento inesperado.

Es importante ganar autoconfianza, para poder adaptarnos a todas las situaciones posibles. Cuando eso suceda, sabrás que estás en el camino correcto, el de los inversores que ganan en Bolsa.