Los analistas de mercado se debaten entre aquellos que se basan en técnicas de valuación basadas en los fundamentos, y aquellos que se valen de herramientas técnicas mediante el análisis de gráficos y el uso de osciladores para poder determinar si un activo se encuentra barato o caro.

Se denomina “análisis fundamental” a la metodología de análisis de los mercados que intenta determinar el valor justo, o que debería tener, determinado activo financiero, como puede ser un bono, pero sobre todo un activo de renta variable, como una acción. Ese valor debería guardar relación con el valor que permita determinar el rendimiento futuro que se espera de ese activo, medido por el flujo de fondos proyectado y descontado a valor presente (es decir, traído a valor presente).

El analista fundamental busca estimar cuál debería ser el valor intrínseco del título o acción, y en consecuencia lo que el mercado debería hacer en un plazo prudencial, descontándose que el análisis se aplica a inversiones a largo plazo, a la espera que el mercado refleje el valor esperado.

La hipótesis fundamental asume que cuando el precio de mercado es inferior al valor intrínseco o fundamental, el activo se encuentra subvaluado y su precio debería subir a futuro si se le da tiempo para que ese escenario se de, típicamente en un plazo de 12 meses (y viceversa, con una sobrevaluación de un activo y una potencial baja a futuro).

Podría decirse que el análisis fundamental tuvo sus raíces en los trabajos realizados por Benjamin Graham y David Dodd en 1934, en su obra “Security Analysis”.

El analista fundamental orienta su estudio a los reportes financieros que emite una empresa, las noticias corporativas, económicas y/o políticas que puedan tener incidencia en un determinado activo, y el contexto macroeconómico. Tratar de identificar todos aquellos aspectos que pueden afectar al valor incluye:

1) Análisis de la coyuntura global: evolución de las principales economías, la tendencia de las tasas de interés de referencia de los bancos centrales, la tendencia del comercio mundial, la mayor o menor regulación de determinados sectores (normas mundiales para bancos, criptomonedas, comercio…)
2) Análisis de la coyuntura doméstica: previsiones económicas, tendencia de la economía en sus distintas variables macroeconómicas; aspectos sectoriales en donde la empresa se desenvuelve.
3) Aspectos institucionales: management, estrategia corporativa, comercial y financiera, y cualquier tipo de información adicional sobre la compañía que afecte al valor de un título de la misma.
4) Análisis de los estados contables: ya metiéndose en la microeconomía de la empresa, se analiza la situación patrimonial y financiera en términos absolutos y en forma evolutiva a través del análisis de la memoria anual y de los balances trimestrales de la firma. De aquí surgen ratios para poder saber la situación en términos relativos también.
5) Comparación: análisis de los ratios con el resto de las empresas del mismo sector y del país en cuestión. De no haber muchos comparables, se amplía la muestra a otros sectores en ese país o compañías del mismo sector en otros países.
6) Métodos de valuación de empresas: descuento de flujo de fondos, múltiplos de valuación relativa y los demás métodos de valuación que se quieran aplicar para poder determinar el valor “justo”, “intrínseco” o “fundamental”.

Las técnicas y herramientas de análisis para la toma de sus decisiones de inversión se han sofisticado, pero siempre es necesario poner estas herramientas dentro de un marco o coyuntura determinada.

Y aún así, inevitablemente las decisiones de compra o venta de las acciones de determinada compañía siempre estarán influenciadas por emociones y sentimientos de los inversores y operadores de los mercados. El solo hecho de no poder reconocer el haber cometido un error puede producir pérdidas demasiado grandes para tolerar: las personas hacen a los mercados, y como seres irracionales muchas veces se equivocan.

El análisis técnico como complemento

Por eso es importante el análisis fundamental como un sostén en las decisiones de inversión, que además se complementa con otro conjunto de reglas que validan o no una decisión: el análisis técnico, o “technicals,” usa a la historia de precios de una acción, o de cualquier otro activo con volatilidad y riesgo, como una divisa o un commodity, para hacer predicciones sobre el precio futuro del activo en cuestión.

Los analistas técnicos se diferencian de los analistas fundamentales dado que realizan un análisis de los precios pasados en un intento de poder reconocer patrones subyacentes que se pudieron haber repetido y que puedan ser usados para poder predecir el comportamiento futuro para obtener ganancias extraordinarias por encima del promedio.

El analista técnico considera que el efecto es todo lo que necesita saber, y que las razones o las causas no son necesarias, ya que están “descontadas” o incorporadas en el precio de mercado.
Las tres premisas fundamentales del análisis técnico son:

1) Los precios se mueven en base a tendencias: hay que tratar de identificar tendencias que están en las primeras etapas de su desarrollo, con el fin de que las transacciones vayan en la misma dirección de dichas tendencias.
2) En la cotización se reflejan siempre todos los factores que pueden afectar a una acción, un índice, una divisa o un commodity. Es decir que los movimientos del mercado lo “descuentan” todo.
3) Los comportamientos de las cotizaciones son repetitivos, de forma análoga en el tiempo, en base a ciclos. La historia se repite y mucha de la operatoria de mercado tiene que ver con la psicología humana: los patrones recurrentes de precios que se han dado en el pasado se han repetido sucesivamente, y -dado que han funcionado bien-, se asume que seguirán siendo aplicables en el futuro.

El “chartista” tradicional, que se basa exclusivamente en el estudio de las figuras que dibuja la curva de cotizaciones en un gráfico bursátil, se diferencia del “técnico estadístico” porque utiliza principalmente los gráficos para hacer pronósticos, prevaleciendo el carácter subjetivo en su análisis: un gráfico puede ser interpretado por distintas personas de distintas maneras.

El analista estadístico, en cambio, toma estos principios subjetivos, los cuantifica y los programa en las computadoras mediante la ayuda de osciladores técnicos construidos a partir del comportamiento histórico de precios. Estos últimos generan en forma automática señales de compra y venta para poder operar los mercados con la intención de reducir el elemento humano subjetivo en la operatoria de los mercados.

Los gráficos y los fundamentos no siempre concuerdan, muchas veces están en conflicto entre sí.

Los analistas fundamentales se rehúsan a analizar la trayectoria de los precios históricos ya que su principal regla a seguir es la de incorporar en el análisis variables que por su importancia generan los cambios en el precio de los activos, es decir se remiten a las causas de movimientos en los precios, y no al cambio de precios en sí mismo.

Aunque existan seguidores de ambas corrientes de análisis y las posturas se encuentran bastante divididas, ambos enfoques pueden complementarse entre sí y generar mayores beneficios para los inversores: por ejemplo, los technicals se usan más a corto plazo y los fundamentals más para decisiones de largo plazo.

Si los fundamentos no explican ni apoyan lo que el mercado parece estar haciendo, muchas veces se recurre al análisis técnico. El estudio de los movimientos del mercado mediante el uso de gráficos y con la ayuda de osciladores técnicos que se construyen sobre los movimientos de los precios históricos con el propósito de pronosticar las futuras tendencias de los precios complementa, así, el análisis.

Debido a la enorme cantidad de datos que el análisis fundamental debe tomar en cuenta, la mayoría de los fundamentalistas tienden a especializarse en un mercado o activo determinado, es decir que no gozan de la flexibilidad que poseen los technicalistas, que suelen mirar muchísimos gráficos a la vez, tanto de distintos intervalos temporales de un mismo activo como de distintos activos.

En síntesis, determinar la dirección en la que los precios de un activo de riesgo probablemente se moverán no es una ciencia exacta, sino que se usan distintas técnicas frente a la tarea de proyectar a futuro en un contexto de incertidumbre y de asimetría en la información (algunas personas saben más que otras sobre un tema).

Mientras que el análisis técnico se concentra en el estudio de los movimientos del mercado, el análisis fundamental lo hace en las fuerzas económicas de la oferta y la demanda, que hacen que los precios suban, bajen, o se mantengan en el mismo nivel. El enfoque fundamental examina todos los factores relevantes que afectan al precio de un mercado o activo para determinar su valor intrínseco. El fundamentalista estudia las causas del movimiento del mercado, mientras que el técnico estudia el efecto.