Analizar los movimientos de precios en un activo en particular o en el mercado en general requiere conocer algunos conceptos importantes. Tendencia de precios, impulso absoluto e impulso relativo son factores que se encuentran relacionados, aunque presentan algunas diferencias fundamentales.

Tendencia de precios


El concepto de tendencia de precios hace referencia a la dirección general en los precios de un activo. A grandes rasgos, puede decirse que la tendencia es al alza cuando la dirección de los precios es ascendente, y viceversa. También suelen presentarse casos de ausencia de tendencia bien definida o de tendencia lateral de precios.

Habitualmente suele evaluarse la tendencia de precios en diferentes horizontes temporales: largo, mediano y corto plazo. Algunos operadores buscan entrar en posiciones cuando las tendencias se encuentran alineadas en el mismo sentido. Es decir, apuestan al alza cuando las tendencias de largo, mediano y corto plazo son alcistas.

Otros operadores, en cambio, buscan comprar en momentos de descanso durante una tendencia alcista. Por ejemplo, apostando al alza cuando las tendencias de largo y mediano plazo son ascendentes, pero buscando un retroceso en la tendencia de corto plazo.

A la hora de identificar la dirección de la tendencia pueden utilizarse una amplia variedad de indicadores. Los gráficos de precios suelen ser bastante útiles en este sentido, ya que una tendencia alcista generalmente implica soportes ascendentes de precios, mientras que una tendencia bajista está confirmada por resistencias descendentes. Cuando la tendencia es lo suficientemente clara, la misma puede detectarse mediante un análisis visual de los gráficos, sin necesidad de recurrir a herramientas sofisticadas ni indicadores matemáticos elaborados.

También suelen utilizarse las medias móviles de precios para evaluar las tendencias desde una perspectiva más objetiva y cuantitativa. Tradicionalmente se considera que la tendencia es al alza cuando el precio está por encima de la media móvil para el período correspondiente, y viceversa. Alternativamente, pueden compararse también medias móviles de diferentes períodos para diferenciar las tendencias ascendentes y descendentes.

Dado que la tendencia de precios es una cuestión clave en el mercado, se han desarrollado una enorme variedad de indicadores que buscan medir matemáticamente tanto la dirección de la tendencia como la fuerza de la misa. Si bien estos indicadores pueden ser valiosos cuando son correctamente utilizados, es importante no complicar excesivamente el análisis, ya que muchas veces una evaluación simple y sencilla aporta mayor claridad.

Impulso de precios

Impulso de precios y tendencia son conceptos relacionados, y muchas veces los activos en tendencia alcista suelen mostrar impulsos favorables. Sin embargo, es importante diferenciar ambos conceptos, ya que en algunos casos las diferencias pueden ser muy importantes.

El impulso básicamente se refiere a los niveles de retornos que un activo ha generado en el tiempo, ya sea impulso al alza o a la baja. Incluso si el activo está en tendencia alcista, no es lo mismo un retorno acumulado del 10% que del 30% en un año, ya que el comportamiento de precios es claramente diferente.

Al igual que sucede con el factor tendencia, suele analizarse el impulso de precios para diferentes períodos de tiempo, y en función de la estrategia de cada operador los diferentes plazos toman una importancia variable.

Un punto importante en lo que respecta al impulso de precios es que el mismo depende fuertemente de la volatilidad del activo. Es decir, una suba del 3% en un mes puede ser una ganancia extraordinaria para un activo con baja volatilidad, pero una performance mediocre para un activo con una volatilidad elevada.

Teniendo esto en cuenta, el análisis del impulso de precios generalmente se basa en medidas de retorno ajustadas por volatilidad, las cuales son más ilustrativas que medir el nivel de retorno en forma aislada.

Impulso relativo


El impulso relativo es un concepto relacionado al impulso de precios en comparación con otros activos. Si el impulso absoluto evalúa la performance de un activo en sí mismo, el impulso relativo compara por ejemplo el impulso de una acción individual contra un índice de mercado como el S&P 500 o contra un índice de activos en la misma industria.

Es importante tener en cuenta que en materia de inversiones, el costo de oportunidad es una variable muy importante, aunque muchas veces suele perderse de vista. Si una acción subió un 20% en un año, es probable que el inversionista se sienta satisfecho. Sin embargo, si ese mismo año el índice de mercado ganó un 30%, entonces la acción en cuestión no tuvo una performance atractiva desde el punto de vista del impulso relativo. Probablemente el inversor hubiera obtenido mayores rentabilidades en otra alternativa de inversión.

El impulso relativo también es muy valioso a la hora de analizar dónde se encuentran las mejores alternativas de inversión desde una mirada macro de los mercados. Cuando los índices generales de acciones están teniendo buenos retornos, es probable que esto afecte positivamente a diferentes sectores e industrias.

Sin embargo, no todos los sectores reaccionan al alza en la misma medida. Evaluar los niveles de impulso relativo puede darnos una idea clara al respecto de en qué sectores podemos encontrar retornos más explosivos, y esto nos dice mucho sobre la dinámica subyacente en la acción de precios.

Como vemos, tendencia, impulso de precios e impulso relativo son factores diferentes, aunque complementarios. Idealmente, es deseable operar al alza en activos que muestran una saludable tendencia alcista combinada con un fuerte impulso de precios, tanto a nivel absoluto como a nivel de impulso relativo.