Hoy en día los inversionistas pueden acceder a herramientas tecnológicas bastante sofisticadas para detectar oportunidades de inversión desde un enfoque cuantitativo. En particular, las plataformas de análisis y research permiten detectar activos que cumplan con determinadas características en términos de variables clave como valuación, rentabilidad del negocio, tasas de crecimiento, distribución de capital y acción de precios.

Además, se puede realizar un proceso de backtesting para evaluar la performance histórica de una estrategia basada en determinados parámetros y optimizar dicha estrategia en el tiempo.

Algunos conceptos clave para tener en cuenta a la hora de utilizar estas herramientas en forma efectiva.

Dos enfoques diferentes y complementarios

A grandes rasgos, los sistemas cuantitativos se basan en dos tipos de enfoques: de filtro y de ranking. Ambos enfoques presentan sus respectivas ventajas y desventajas, y puede ser interesante utilizarlos en combinación.

El enfoque de filtro implica establecer determinados parámetros para las compañías a considerar. Por ejemplo, podemos elegir invertir en acciones con una tasa de crecimiento de ventas de más del 10%, un margen operativo de ganancias de más del 15% y cotizando a un ratio precio-ganancias por debajo de 20.

Un ranking de activos, en cambio, ordena a las empresas dentro de un determinado universo en función de los parámetros establecidos. En este caso, podemos seleccionar como parámetros la tasa de crecimiento de ventas, el margen de ganancia operativo y el ratio precio-ganancias (el cual obviamente se considera a la inversa: mientras más bajo, mejor).

Una vez que se plantea cuáles son los parámetros, se le asigna un peso determinado a cada uno de ellos, y en función de estas ponderaciones se elabora un ranking de compañías dentro de un universo establecido. Por ejemplo, seleccionamos las 50 acciones con mejor ranking dentro del índice S&P 500.

Muchas veces se pueden combinar ambos enfoques alternativamente. Podemos aplicar primero un filtro y luego dentro del universo de firmas que cumplen con los parámetros del filtro aplicar un ranking para seleccionar las alternativas más atractivas. Alternativamente, podemos comenzar con un universo amplio realizado en base a un ranking para luego realizar una segunda selección en base a filtros.

Aspectos clave a tener en cuenta

Muchas de las herramientas comercialmente disponibles para inversionistas individuales se enfocan únicamente en un proceso de filtro, y esto lamentablemente tiene algunas limitaciones considerables.

Incluso cuando analizamos un solo factor, por ejemplo, la valuación, un proceso de filtro tiene desventajas claras. Podemos por ejemplo pensar en un filtro que establece parámetros para ratios como precio-ventas, precio-ganancias y precio-flujo de caja.

Tal vez una acción está por encima de los niveles establecidos en uno de los indicadores, aunque supera con creces los límites en los otros dos ratios de valuación. Puede suceder que el ratio precio-ventas no sea lo suficientemente bajo, aunque ratios como precio-ganancias y precio-flujo de caja estén ampliamente por debajo del límite establecido.

Puede considerarse que el activo presenta una alternativa interesante a analizar con mayor detalle. Sin embargo, un proceso de filtro lo deja excluido del universo de selección al no presentar los parámetros deseados en un ítem puntual. En cambio, un ranking de valuación tiende a ser más efectivo en ese sentido, ya que incorpora el dato de que dos de los tres indicadores son altamente atractivos.

En el mismo sentido, un ranking de selección de activos permite una mirada más integral y completa. Mientras mayores son las tasas de crecimiento de una empresa y mayores sus niveles de rentabilidad, mayor es el precio que el mercado está dispuesto a pagar por cada dólar de ganancias de la firma. Esto no significa de ninguna manera que el activo esté sobrevaluado, sino que existe una clara relación directa entre la calidad de un activo y su valuación.

Un sistema de ranking evalúa todos los factores en forma conjunta, y entonces tiene en cuenta la relación entre calidad y valuación. En cambio, un sistema de filtro puede resultar demasiado rústico al enfocarse únicamente en los valores establecidos para cada indicador a nivel individual.

Por otro lado, la gran desventaja de un sistema de ranking tiene que ver con la diferenciación entre valores absolutos y relativos. Por ejemplo, podemos buscar las acciones con las valuaciones más atractivas en el mercado. Pero si el mercado en su conjunto está sobrevaluado, entonces estaremos de todas formas invirtiendo en activos con valuaciones excesivas.

Para un sistema de filtro su simpleza es también una fortaleza en ese sentido. Estos sistemas establecen un nivel específico para los ratios de valuación, y por lo tanto no corren el riesgo de verse demasiado afectados por las valuaciones de otras empresas en el mercado.

Ninguno de los dos enfoques es necesariamente superior al otro en todos los aspectos. Lo importante es comprender los puntos fuertes y débiles de ambos para poder utilizarlos y combinarlos en forma inteligente.