Muchas veces hablamos de corto plazo sin considerar que es algo muy relativo: para algunos, corto plazo son meses; para otros, son años.

Cuando hablamos de bonos, para intentar comenzar la discusión y tener los parámetros bien definidos, la convención indica que cuando hablamos de corto plazo son menos de 5 años, mientras que los de mediano plazo son de 5 a 12 años y los de largo plazo, son los bonos de más de 12 años.

Obviamente, cada inversor puede tener diferentes horizontes temporales, pero a efectos de clarificar la discusión es importante tener claro este punto.

En realidad, no se puede afirmar que los bonos de largo plazo son mejores que los de corto plazo, y viceversa. Como todo, depende para qué se utilicen, es decir, de cuál sea la finalidad y las necesidades del inversor, como así también las expectativas que tiene quien invierte en términos de la evolución de las tasas de interés.

Los bonos de corto plazo, por ejemplo, pueden ser muy útiles si se los compara con un depósito a plazo fijo en un banco a 1 año. Esto es así porque existe una diversidad de bonos que tienen vencimiento de 1 año y que proporcionan un retorno superior a un depósito a plazo fijo bancario. O sea que un bono puede cumplir el objetivo de rentabilizar el capital en un periodo muy corto de tiempo, pero de forma más eficiente que un depósito bancario.

Alternativamente, los bonos de corto plazo pueden ser una fuente muy importante de diversificación en un portfolio de inversiones ya que los mismos, en general, son menos sensibles a los movimientos de las tasas de interés que los bonos de largo plazo, por lo que en un escenario de suba de tasas, estos bonos tienden a caer en menor medida que los bonos de largo plazo.

Por contrapartida, los bonos de corto plazo, en promedio, brindan menos rentabilidad que los de largo plazo, esa es una cuestión importante: uno está sujeto a un menor retorno, es decir: paga un precio por no estar tan expuesto a las oscilaciones de las tasas de interés.

Actualmente estamos en un momento en el que la Reserva Federal, que es el banco central de los Estados Unidos, está en un proceso de suba de tasas de interés, lo que evidentemente ha estado impactando en los bonos así como en otros activos.

Los bonos han reaccionado a la baja porque los rendimientos deben subir para ajustarse a esta nueva realidad, y los bonos de corto plazo han sido muy útiles para aquellos inversores que necesitan rentabilizar el capital y al mismo tiempo mitigar el efecto negativo que tiene en los precios de éstos la suba de las tasas de interés.

Debido a ello, sin lugar a dudas, los bonos de corto plazo son un segmento muy importante dentro de los productos de renta fija, sobre todo considerando la situación actual.