Las crecientes propuestas arancelarias de los gobiernos de Estados Unidos (EE.UU.) y China están aumentando los riesgos de una guerra comercial en toda regla, dice Fitch Ratings.

El resultado más probable, no obstante, sigue siendo una solución negociada a las tensiones comerciales de ambos países, que tendría un efecto limitado sobre las perspectivas de crecimiento a corto plazo tanto el EE.UU como en China y deja intactas las predicciones macroeconómicas globales de Fitch.

Sin embargo, el riesgo de un impacto más material está creciendo. Las propuestas arancelarias de los gobiernos de EE.UU. y China, la semana pasada, marcaron una escalada en la retórica proteccionista entre las dos economías más grandes del mundo:

China propuso imponer aranceles de represalia contra US$50 mil millones en productos estadounidenses y el presidente estadounidense Donald Trump declaró que estaba considerando aranceles adicionales en otros US$100 mil millones en bienes chinos a los US$50 mil millones que había propuesto inicialmente el 22 de marzo.

Por su lado, China ha señalado que responderá nuevamente a dicha acción. De hecho, días atrás, el país había declarado que las respuestas serán proporcionales a los ataques de EE.UU.

Si estas medidas vendrán expresadas en en forma de aranceles de represalia, medidas proteccionistas no arancelarias (barreras de control de ingreso de productos más complejos o subsidios a los sectores, por ejemplo) o una combinación aún están por verse.

IMPACTO EN EL PBI

Estados Unidos exportó US$187 mil millones en bienes y servicios a China en 2017, según la Oficina de Análisis Económico de los Estados Unidos.

A modo de ilustrar con un ejemplo práctico el impacto que podría tener sobre el PBI de los países, US$150 mil millones en exportaciones equivalen al 0,8% del PBI de estadounidense y al 1,3% del PBI de China. Así, un impacto directo de los aranceles del 25% en los flujos comerciales de este tamaño equivaldría al 0,2% del PBI de EE.UU. y 0,3% de China.

Sin embargo, el potencial para que el proteccionismo comercial afecte negativamente las perspectivas de crecimiento de EE.UU. y China está aumentando con cada alza progresiva en la retórica tarifaria, lo que podría llevar a una guerra comercial en todas sus dimensiones.

Fitch describió los riesgos potenciales de una guerra comercial mundial instigada por hipotéticas tarifas estadounidenses contra los principales socios comerciales.

"Sostenemos que este sería un escenario extremo, pero las implicaciones de una guerra arancelaria tan amplia serían significativas. Tanto EE.UU. como China reducirían el PBI en más de dos puntos porcentuales desde la línea base después de dos años, con China más afectada. Otras economías importantes, incluida la zona del euro, Japón y el Reino Unido, verían efectos negativos menores, pero aún verían una desaceleración del crecimiento", afirmó la entidad.

IMPACTO EN EL MERCADO

La reacción del mercado ante la creciente incertidumbre podría plantear riesgos macroeconómicos incluso antes de la implementación real de las tarifas.

"Una depreciación significativa del yuan chino, por ejemplo, probablemente causaría un impacto en los mercados globales y podría afectar la inversión y los flujos de comercio mundial", informó Fitch.

Por ahora, cabe resaltar, las propuestas específicas de US$50 mil millones de aranceles de ambos países son dirigidas específicamente a ellos, en lugar de generalizadas, y son pequeñas en relación con el tamaño total de sus respectivas economías.

Si se implementan como se propone, "creemos que los efectos macroeconómicos directos sobre el comercio, el crecimiento y la confianza, tanto a nivel mundial como para EE.UU. y China, serían limitados", argumenta Fitch. Agrega, además, que sigue con los estimado de crecimiento del PBI de EE.UU. en 2,7%, mejorando las perspectivas económicas a corto plazo junto con la política fiscal flexible, el crecimiento salarial y la mejora de la inversión.

Sin embargo, los sectores podrían verse afectados por la implementación de aranceles específicos, incluso si las perspectivas macroeconómicas generales se mantienen prácticamente sin cambios.

Inicialmente los US$50 mil millones en aranceles propuestos están sujetos a un proceso de consulta, por lo que es probable que los primeros aranceles entren en vigencia a fines de mayo o principios de junio.

Como tal, las propuestas tarifarias bien pueden ser parte del posicionamiento diplomático para las negociaciones "y pueden nunca entrar en vigencia si se llega a un acuerdo mutuamente aceptable que aborde las preocupaciones de EE. UU. sobre la relación económica bilateral", concluye Fitch en su comunicado.