La sobrevaloración de activos financieros y la salida de Reino Unido de la UE son los dos riesgos principales para bancos, aseguradoras, empresas y consumidores de la UE, según las tres autoridades europeas supervisoras de mercados financieros, que alertan también de los crecientes peligros que representan los ataques cibernéticos, las criptomonedas y las consecuencias del cambio climático.

Los participantes en el mercado necesitan prepararse ante el riesgo de que, tras la retirada de Reino Unido, se reduzca el acceso a la infraestructura de mercado y la continuidad de los contratos", destacan los tres supervisores, que recuerdan a las entidades financieras y a las aseguradoras que deberán garantizar el cumplimiento de todas sus obligaciones contractuales "en cualquier circunstancia.
A los riesgos globales se suman ahora las tendencias al proteccionismo y la lenta aplicación de reformas estructurales. Además, las tensiones geopolíticas podrían desencadenar un encarecimiento abrupto de los bonos soberanos, lo que afectaría al precio de los activos y provocaría estrés a los mercados financieros.

Los ciberataques, una amenaza creciente:
Entre los nuevos riesgos apuntados por el análisis destacan "la amenaza creciente y significativa" que suponen los ciberataques para la protección de los inversores, los mercados financieros y las instituciones de todo el mundo.

Según las tres agencias europeas, este tipo de ataques amenaza "la integridad, confidencialidad y protección de los datos, así como la continuidad de la actividad empresarial". Su importancia se debe a "los efectos multiplicadores", ya que pueden desembocar en otros riesgos para los negocios como los que afectan a la cadena de suministro o la reputación de las empresas.

Una nueva burbuja a punto de estallar:
En cuanto a las Bolsas, explican que después de la peor fase de la crisis se ha vivido un período de baja volatilidad, bajos tipos de interés y mucha liquidez, una combinación que ha causado la "complacencia" de los inversores y "una posible sobrevaloración de activos", creando una burbuja que ahora puede estallar.

"Las expectativas de cambios en las políticas [en referencia a la actuación del BCE y la Reserva Federal], así como la materialización de riesgos en los mercados financieros, pueden desencadenar abruptas subidas de los bonos soberanos, ocasionar pérdidas y picos de volatilidad en los precios de los activos", avisa el informe de los tres supervisores, que añaden que esa tensión financiera "podría afectar a la disponibilidad de garantías [respaldo de activos], que ya son relativamente escasas".

Este contexto afectaría especialmente a la banca, cuya calidad de activos -aunque mejorada respecto a la crisis de 2008- aún preocupa a los tres organismos europeos.
Además de los bancos, la inestabilidad en los bonos y mercados bursátiles castigaría a los consumidores a través de sus inversiones en Bolsa, en fondos de pensiones o en el sector inmobiliario, un mercado muy vulnerable a este tipo de vaivenes debido a la dificultad para deshacerse de los activos en épocas de crisis.