El presidente de la Comisión Europea (CE), Jean-Claude Juncker, explicó hoy ante el pleno de la Eurocámara su experiencia sobre el escándalo fiscal LuxLeaks del que se dijo responsable político, pero de cuya implicación directa quiso desmarcarse.

"Nunca di instrucciones de ninguna práctica fiscal específica. No lo digo par escurrir el bulto, claro que políticamente soy el responsable de lo que se hizo en mi administración", afirmó Juncker ante el pleno, que celebró un debate extraordinario sobre los acuerdos fiscales secretos de multinacionales de Luxemburgo cuando el líder de la CE era primer ministro.

Juncker destacó, sin embargo, que las prácticas de acuerdos fiscales reveladas por los documentos LuxLeaks no se limitan a Luxemburgo, por lo que apostó por promover respuestas europeas con el objetivo de evitar la evasión fiscal.

El plan de Juncker para la evasión fiscal pasa por una mayor armonización impositiva que dificulte las maniobras evasivas de las empresas a través de complejas arquitecturas fiscales.

En concreto, el también expresidente del Eurogrupo propone la armonización de la base imponible consolidada del impuesto de sociedades y un mayor intercambio comunitario de información de acuerdos fiscales previos.

Juncker traspasó así, en una comparecencia pública que no había sido anunciada hasta el último momento, la responsabilidad de evitar prácticas de evasión fiscal a los Gobiernos nacionales de la UE, que para avanzar en materia fiscal deben hacerlo de forma unánime.

La mayoría de grupos parlamentarios ha recibido con escepticismo el distanciamiento de Juncker de unas prácticas que no por más conocidas o extendidas les parecen menos graves.

El líder del segundo grupo en número de escaños, la Alianza de los Socialdemócratas europeos (S&D), el italiano Gianni Pittella, agradeció las explicaciones de Juncker, aunque dijo sentir "gran indignación porque mientras se hacen duros recortes sociales, las empresas evaden millones de euros".

Pittella señaló que cualquier nueva normativa fiscal que espere contar con el apoyo de su grupo debe evitar que las empresas dejen de pagar tributos allí donde facturan, ni tampoco permitir que esas compañías que eluden al fisco se beneficien de ayudas públicas.

Guy Verhofstad, presidente del grupo liberal europeo (ALDE), reclamó por su parte una comisión de investigación parlamentaria y lanzó la advertencia a Juncker de que "una nube ensombrece a la Comisión Europea" por su culpa.

La alemana Gabi Zimmer, presidenta de la Izquierda Unitaria Europea (), cuyo grupo ha promovido la recogida de firmas para presentar una moción de censura, echó en cara al luxemburgués que quiera responder como presidente de la CE pero no como ex primer ministro.

Aunque el más duro contra Juncker fue el eurodiputado del grupo euroescéptico EFDD, Paul Nuttal, quien le pidió la dimisión y le señaló que es "la misma imagen de la hipocresía" pues "pasó la campaña a las europeas hablando de la lucha contra la evasión fiscal".

Juncker recibió sin embargo el apoyo claro de la familia parlamentaria a la que pertenece y que le propuso como candidato a la CE en las pasadas elecciones a la Eurocámara, el Partido Popular Europeo (PPE).

El eurodiputado Pablo Zalba (PP) mostró ese apoyo de su partido y dijo que "los acontecimientos de los últimos días pueden convertirse en gran oportunidad para avanzar en la tan ansiada unión fiscal".

Por otro lado, el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, que también intervino en el debate en la Eurocámara sobre fraude fiscal, señaló que la CE llevará al G-20 en Brisbane a finales de semana la propuesta de una armonización del impuesto de sociedades para evitar la evasión fiscal en todo el mundo.

Los acuerdos secretos fiscales entre Luxemburgo y casi 340 multinacionales, entre ellas Pepsi, **EA, AIG, Coach o Deutsche Bank fueron hace unos días revelados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).