El hospital español Gregorio Marañón presentó este viernes en Madrid un nuevo método para tratar daños al corazón: utilizar células cardiacas de donantes. Esta opción ya ha sido probada en siete pacientes que evolucionan favorablemente.

"En el marco de este ensayo clínico se tratarán un total de 55 pacientes. Actualmente ya se han intervenido a siete enfermos cuya evolución es muy favorable pese a que presentaban una afectación grave del tejido cardiaco", explicó el gobierno regional de Madrid.

"Es la primera vez que se administran este tipo de células para reparar el daño provocado tras un infarto agudo de miocardio con una afectación grave del tejido cardiaco", agregó en un comunicado. "Se trata de un ensayo pionero en el mundo", precisó un portavoz del hospital.

Estas células "que no proceden del propio paciente sino que se obtienen del corazón de donantes, se procesan y se almacenan" antes de su utilización, explica Francisco Fernández-Ávila, jefe del servicio de cardiología del hospital Gregorio Marañón, citado en el comunicado.

Su ventaja consiste en no tener que "esperar las cuatro u ocho semanas que podría durar el procesado de las células del propio paciente", precisa, subrayando que la nueva opción, además, "permite la selección de donantes cuyas células presenten un mayor potencial reparador".

Obtenidas a partir del tejido cardiaco de donantes voluntarios, "desechado durante intervenciones quirúrgicas tales como cirugías valvulares", estas células, que fueron objeto de una selección, propician una mejor reparación del tejido cardiaco dañado por un infarto", subraya.

Antes de ser procesadas, "son estudiadas exhaustivamente, limitándose el proceso de producción exclusivamente a aquellas que funcionan de forma óptima", multiplicándolas después hasta alcanzar "la dosis necesaria, que es de 35 millones por paciente", agrega.

Las células se administran mediante una arteria coronaria, "un procedimiento seguro y sencillo similar a la realización de una angioplastia", según los médicos. El mecanismo consiste "en producir nuevo tejido cardiaco, por activación de la capacidad regenerativa local del propio corazón".

El paciente debe recibir las células siete días después de haber sufrido un infarto, "cuando el efecto cardio-reparador puede ser más eficaz".