En septiembre, el Banco Central Europeo presentó un enorme paquete de estímulos para combatir el bajo crecimiento de los precios y la expansión económica anémica de la Unión Europea - en la que fue la penúltima reunión bajo la dirección de Mario Draghi (Christine Lagarde tiene previsto tomar las riendas de la institución en noviembre).
En el encuentro, el BCE recortó la tasa de facilidad de depósito a un mínimo histórico de -0.50%, señalando que los tipos se situarán en su nivel actual o en niveles más bajos hasta que se observe una convergencia robusta de la inflación a una cifra suficientemente cercana pero inferior al 2%.