La administración de portafolios institucional tradicional se divide en dos métodos bien diferenciados y muchas veces antagónicos: gestión activa y gestión pasiva. Pero los grises también existen en finanzas, y son cada vez más.

Sin ser portafolios administrados como si fuesen carteras de inversión con rotación frecuente de sus activos y una táctica de corto plazo (administración activa), pero tampoco siendo ETFs o portafolios con una estrategia meramente pasiva o que busque replicar alguna clase de activo a la perfección (administración activa), se anotan en el medio cada vez más portafolios administrados de manera "inteligente". Es decir que ofrecen una opción alternativa al ETF que replica índices tradicionales, ofreciendo lo mejor de la gestión activa y pasiva a la vez.

Estos administradores eligen o bien la forma legal del fideicomiso a través de un ETF o bien la forma de fondos mutuos tradicionales y dan lugar a las denominadas estrategias "Smart Beta".

Los ETFs Smart Beta siguen las reglas de la gestión pasiva, pero representan una alternativa a los mismos, dado que seleccionan índices basados en una metodología que incluye una estrategia optimizada que trata de reducir el riesgo de la cartera o de elevar la rentabilidad en comparación a la del benchmark, o las dos al mismo tiempo.

Son ETFs con exposición al mercado que se designe seguir, que poseen diversificación, liquidez, transparencia y operan con costos bajos, pero buscan obtener una rentabilidad superior al benchmark tradicional, dado que el índice que replica está constituido en torno a reglas y una estrategia “Smart Beta”.

Al 16 de septiembre, solamente los ETFs de estrategias Smart Beta lograron reunir unos 500 mil millones de dólares en activos bajo manejo. BlackRock no solo es la administradora con más activos bajo manejo del mundo, sino también la que agrupa la mayor cantidad de dinero en estas estrategias, con más de 40 fondos de este tipo.

Le sigue en segundo lugar iShares, la administradora que posee como caballito de batalla el ya establecido y reconocido ETF iShares Select Dividend ETF, con 16 mil millones de dólares bajo manejo, con un retorno anual del 8% desde 2003 y el máximo rating de 5 estrellas otorgado por Morningstar. Se enfoca en 100 acciones con elevados y crecientes dividendos en los últimos 5 años con un costo de apenas el 0,39%.

Entre todas las estrategias Smart Beta conocidas, la más famosa es la multifactor: surge de la combinación de factores tales como baja volatilidad, o bien la dicotomía entre valor y crecimiento, tamaño de las empresas, momentum en el mercado o la selección de los activos en base a su calidad, entre otras.

Si de fundamentals se habla, la familia de índices de Research Affiliates elige sus activos según parámetros fundamentales. Existen 16 índices regionales FTSE RAFI (Research Affiliates Fundamental Index) y 44 específicamente por país. ¿Cómo invertir en ellos? Basados en esos parámetros e índices, pueden comprarse desde fondos mutuos RAFI Index Funds de Charles Schwab, hasta ETFs de PowerShares. PIMCO ofrece asimismo 4 fondos indexados a esta metodología.

Por otro lado, ETF Securities ha lanzado el ETFS Diversified-Factor Developed Europe Index Fund (SBEU) y el ETFS Diversified-Factor U.S. Large Cap Index Fund (SBUS) con el análisis de los criterios fundamentales de las acciones.

El fondo Vanguard Growth Index Fund ETF Shares (VUG) también tiene su propio cálculo, pero incorpora empresas que ofrecen crecimiento (en lugar de valor), y se basa en factores tales como flujo de caja, ganancias históricas, valor contable y crecimiento de ventas.

Por otro lado, existen las estrategias basadas en momentum que seleccionan sus activos según el tradicional oscilador técnico denominado momentum a nivel de precio con un componente que incluye las estimaciones de ganancias y las sorpresas cuando difunden sus resultados. El PowerShares DWA Momentum Portfolio (PDP) es un ejemplo de estos fondos.

También existen ETFs con estrategias multifactor orientadas a reducir o sobre todo incrementar el riesgo en los índices cambiando ponderaciones de la cartera según el momento. El PowerShares S&P 500 High Beta Portfolio (SPHB) es uno de ellos.

A la hora de distribuir riesgos, el Lyxor UCITS ETF SMARTIX EURO iSTOXX 50 Equal Risk (ERC) busca replicar la evolución del índice Euro iStoxx 50 Equal Risk que optimiza el índice Eurostoxx 50 para que la contribución al riesgo de cada componente del índice sea igual.

Su gestora también posee un instrumento llamado Lyxor UCITS ETF MSCI World Risk Weighted (WLDR) que busca replicar el índice MSCI World Risk Weighted: ofrece una exposición al MSCI World pero modificando los porcentajes para igualar la contribución de riesgo de cada componente del índice.

A la hora de invertir en acciones de empresas con un alto retorno de dividendos y con calidad se puede optar por el Lyxor UCITS ETF SG Global Quality Income (SGQI) que replica el índice SG Global Quality Income NTR.

Las estrategias Smart Beta sirven cuando se puede aprovechar la tendencia o el comportamiento de los mercados. A muchos inversores les puede resultar útil disminuir el riesgo o la volatilidad de su cartera a costa de tener un menor rendimiento, con lo cual a otros inversores no les resultará tan atractivo.

También el tema de la liquidez es importante y una desventaja adicional: hay que analizar qué tan líquidas son esas estrategias para poder darle salida a un costo competitivo.

Por último, muchos ETFs Smart Beta cobran comisiones muy elevadas porque sus fondos eran muy pequeños. Hoy la masa de dinero que se encuentra invertida en ellos es mucho más elevada, haciéndolos más competitivos, pero siguen teniendo gastos de administración más elevados que los ETFs tradicionales.

Otra variante son los nuevos ETFs que analizan los factores fundamentales, como son los recientemente lanzados fondos del banco suizo Lombard Odier IM, tanto de bonos corporativos de Estados Unidos como globales, así como de gobiernos.