Livermore se caracterizaba por tener en cuenta siempre el movimiento del precio y conocer bien los patrones que este seguía. Hay que tener en cuenta que por aquel entonces no existían los gráficos de los que disponemos hoy en dia y que Livermore lo hacía todo anotando solamente el precio en una libreta. En 1906 cometió un error muy común en esta profesión: dejó de lado su libreta e hizo caso de un consejo ajeno olvidando su propio sistema de trading.
Livermore, siguiendo “ese consejo”, se puso corto en Union Pacífic de una forma abrumadora y el valor no paró de subir en su contra. En este momento aprendió la importantísima lección de no hacer caso de consejos ajenos y que supo utilizar a su favor con los años. Cuando la situación era límite se produjo el terremoto de San Francisco y el valor de Union Pacífic se desplomó, esto le salvó y además incrementó su cuenta en varios cientos de miles de dólares.