El entusiasmo del presidente Donald Trump por los aranceles no ha desbaratado todavía las perspectivas económicas mundiales.

Si bien Trump sembró confusión y frustración entre otros dirigentes políticos, los economistas de la mayoría de los bancos de Wall Street casi no han modificado sus pronósticos de un crecimiento global sólido este año en tanto estiman sólo una modesta repercusión de las escaramuzas por el comercio.

Tomemos los aranceles de Trump del 25% sobre el acero. Excluyendo los alimentos y la energía, los precios al consumidor reaccionarán con un aumento de tres puntos básicos, dijo el lunes Goldman Sachs Group Inc. en una nota de investigación.

El temor que persiste es que esto sea solo el comienzo para Trump. Si el presidente cumple con todas sus amenazas en materia de aranceles, se verían afectados productos por valor de US$475.000 millones y la inflación subyacente se aceleraría unos 15 puntos básicos, según Goldman.

Sigue siendo un aumento pequeño, pero susceptible de ser advertido por la Reserva Federal, lo que podría provocar un ajuste más agresivo de la política.

¿QUÉ VIENE AHORA?

“Por sí solo, el impacto de los aranceles sobre US$50.000 millones por aquí y por allí, es relativamente limitado”, dijo Torsten Slok, economista internacional principal de Deutsche Bank AG. “El verdadero peligro sigue siendo la incertidumbre respecto de lo que viene ahora”.

Los perjuicios podrían resultar graves si las tensiones comerciales debilitan la confianza empresarial, llevando a los ejecutivos a suspender el gasto en bienes de capital y otras decisiones de inversión, agregó.

El gasto empresarial repunta luego de años de prudencia tras la crisis financiera global y se ve impulsado en parte por la aplicación de las reducciones republicanas del impuesto de sociedades.

Los gerentes de compras de las fábricas consideran que habrá un salto en el gasto en bienes de capital este año, según el pronóstico semestral del Institute for Supply Management dado a conocer el mes pasado.

El incremento de la inversión es uno de los factores que impulsan la expansión mundial más fuerte en siete años.

“En muchas conversaciones, hay quienes dicen: ‘¿Mi sector será el próximo?’” dijo Slok. La amenaza de una guerra comercial mundial “dejó de ser un riesgo de cola”, agregó.

El Fondo Monetario Internacional advirtió que una guerra comercial podría debilitar el alza global más sólida en siete años. “Todos pierden en una guerra comercial prolongada”, dijo Gerry Rice, portavoz del FMI, la semana pasada.

Bloomberg Economics estima que una guerra comercial tendría para la economía mundial un costo de alrededor de US$470.000 millones para 2020 -aproximadamente el tamaño de la economía de Tailandia-.

Esa proyección supone que EE.UU. aumentará un 10% los costos de importación y el resto del mundo contraatacará en igual medida.

Por ahora, el ataque comercial de Trump no ha afectado gravemente la confianza en las empresas estadounidenses, según el Informe sobre Condiciones Económicas Actuales (el Beige Book) de la Fed, que realiza una encuesta a empresas de todo EE.UU.

Si bien algunos encuestados “señalaron cierta preocupación por la incertidumbre de la política comercial internacional”, las perspectivas de crecimiento a corto plazo siguen siendo “en general optimistas”, indicó el informe del mes de mayo.

Algunos economistas están dejando de usar la expresión “guerra comercial”. Analistas de ING Bank NV se refieren a la situación actual como un conflicto comercial “frío” con un impacto económico débil.