En los últimos días se ha observado un notable aumento de la volatilidad en los mercados globales debido al resultado de la votación del Brexit en el Reino Unido. ¿Cómo deberían reaccionar los inversores ante esta clase de eventos?

Lo que no deberías hacer

Antes de realizar un breve repaso por las diferentes estrategias de gestión de riesgos de las cuales disponen los inversionistas, resulta fundamental tener bien en claro cuáles son los principales errores a evitar para transitar en forma inteligente a través de los períodos de incertidumbre en los mercados. Evitar las grandes equivocaciones puede ser incluso más determinante que seleccionar el mejor camino dentro de una gama de alternativas inteligentes.

En la mayoría de los casos, los errores más costosos radican en la toma de decisiones apresuradas, cargadas de emociones y sin un marco conceptual sólido. En general, una estrategia de inversión bien planificada debe establecer de antemano cuáles son los sistemas de gestión de riesgos y cómo se implementan los mismos. Si el inversor no sabe qué hacer ante un evento como el Brexit, probablemente estemos frente a falencias de planificación en la estrategia.

Una respuesta muy común en estos casos es reducir posiciones ante la idea de que los riesgos han aumentado. Es decir, dado que es más probable que el mercado siga cayendo luego del anuncio del Brexit, el inversor decide vender sus posiciones para volver a comprar en el futuro.

Por otro lado, para que esta estrategia funcione, debemos estar en condiciones de vender en el momento indicado y luego volver a entrar cuando el contexto ha mejorado, lo cual presenta enormes dificultades de implementación desde el punto de vista práctico. En la gran mayoría de los casos, el inversor termina vendiendo con las malas noticias y comprando con las buenas noticias, lo cual no es otra cosa que vender a precios bajos y comprar a precios altos.

La evidencia estadística es muy clara al respecto. Muchos inversores tienden a comprar a precios especulativamente altos cuando las noticias son optimistas para luego vender a precios de oportunidad en medio de una crisis financiera o una recesión. Cuando las decisiones se toman en forma improvisada y en base a criterios subjetivos, los resultados tienden a ser lamentables.

Lo que sí deberías hacer

Nada de esto implica que el inversor deba dejar de lado los mecanismos de gestión de riesgos. Por el contrario, resulta fundamental contar con un plan claro de gestión de riesgos bien establecido y, además, ejecutarlo en forma disciplinada. Actuar en concordancia con la estrategia bien diseñada es una solución mucho más inteligente que intentar especular al respecto de la evolución de los mercados a corto plazo.

Dentro de los mecanismos de gestión de riesgos que pueden utilizarse existe un amplio abanico de opciones. Las diferentes alternativas tienen sus costos y beneficios, y es importante elegir un sistema de gestión de riesgos adecuado en base a las necesidades de cada inversor, sus objetivos de retorno, su tolerancia al riesgo y su filosofía de inversión en sentido amplio.

En primer lugar, el tiempo es un gran aliado del inversor de largo plazo. Si tienes un horizonte de inversión de cinco años o más, es muy probable que las grandes caídas de precios sean una oportunidad de compra en lugar de un motivo para vender. Muchos inversores de valor suelen conservar un amplio saldo de efectivo en su cuenta de inversión, esto reduce la volatilidad del portafolio y al mismo tiempo, provee recursos frescos para comprar a precios de oportunidad.

Los traders a corto y mediano plazo suelen aplicar órdenes de stop, las cuales básicamente implican vender una posición de compra cuando el precio cae por debajo de determinado nivel. En este caso el nivel de stop debe estar definido previamente en base a criterios de gestión de riesgos, es decir, no se trata de tomar decisiones de venta en caliente, sino de ejecutar el plan tal cual fue diseñado en tiempos de calma.

También pueden ser muy útiles las estrategias de cobertura con opciones, comprando por ejemplo contratos de puts que nos garantizan el derecho de vender un activo a un precio determinado durante un período de tiempo. En este caso, el contrato de opción funciona como una especie de seguro, reduce la rentabilidad del inversor debido al costo de la prima, pero a cambio ofrece protección bajista.

En el mismo sentido, muchos inversores buscan diversificar sus apuestas, apostando a la baja en activos de riesgo y comprando activos que suben de precio en tiempos de volatilidad, como por ejemplo, los bonos del tesoro de los Estados Unidos.

El inversor cuenta hoy en día con un enorme arsenal de estrategias de gestión de riesgo que pueden aplicarse con el objetivo de reducir el impacto que pueda tener el Brexit y cualquier otro evento similar sobre los retornos de su portafolio.

El punto central es que estas estrategias deben diseñarse con anticipación e implementarse con disciplina llegado el momento. Muchos operadores se embarcan en el camino de la especulación, tratando de entrar y salir del mercado en función de opiniones y consideraciones subjetivas sobre la evolución de los precios en el corto plazo. Lamentablemente, la experiencia demuestra que en estos casos, el remedio puede ser peor que la enfermedad.