Para mi, los británicos en general, desde el principio, la mayoría no sopesaron el sinnúmero de consecuencias negativas que el Brexit iba ocasionarles. En la decisión del referéndum, prevaleció el pensamiento que le dictaban las las vísceras, antes que las razones reales que implicaba el asunto. Todo ese berenjenal, lo inició el primer ministro David Cameron al convocar el bendito referéndum. Mi opinión, sin pensarlo mucho, y ahora que que están mejor informados, es que hagan otro referéndum. Digo yo, y, que sea lo que el pueblo desea.