Con ASIC, la minería se convierte en una actividad de inversión a largo plazo, cuyos participantes no querrán perder por un ataque que les permita un solo día ganar «dinero fácil». El reporte calcula que, si un grupo de mineros perpetra un ataque de 51% a la red de Bitcoin, posiblemente no pueda cubrir todos los gastos de equipamiento, electricidad, equipos de minería y ventilación, utilizados para el óptimo funcionamiento de estas actividades. O sea, estarían generando pérdidas al atacar a Bitcoin.
El informe también aconseja a las casas de cambio que, cuando el precio de Bitcoin baja mucho, es recomendable esperar varias confirmaciones antes de dar por hecha una transferencia. Cuando el valor de la moneda se encuentra en tendencia bajista, suele ser más atractivo atacar para los actores maliciosos atacar a la blockchain porque las actividades de minería pierden valor. En este sentido, la red se vuelve más vulnerable a ataques de doble gasto y, por ende, es necesario imponer parámetros de confirmación que neutralicen esta vulnerabilidad.
Las conclusiones del Banco Central de Canadá reafirman la creencia de que mientras más competencia exista en la industria de minería, mejor será la seguridad de Bitcoin. En el 2020 ha aumentado la competencia entre empresas que producen ASIC para la red, las cuales están lanzando cada año equipos con cada vez mejor rendimiento.
De igual manera, el informe sugiere que el ecosistema bitcoiner no se equivocó en seguir apostando por el mercado de ASIC de minería, ya que consideran que estos dispositivos evitan más el doble gasto que otras máquinas de minería como las tarjetas de video. Elevando los costos y limitando la vida útil de estos equipos, se hace menos provocador para los mineros enriquecerse indebidamente.