El Banco Central Europeo ha hecho eco de estos desarrollos, indicando que el balance de riesgos ha disminuido y que se ve menos pronunciado. Esta señal sugiere que la institución comandada por Christine Lagarde evitaría introducir nuevas medidas de estímulos y permanecería al margen por un periodo de tiempo prolongado mientras evalúa la evolución de la coyuntura económica. Una política monetaria neutral por parte del emisor europeo representaría un catalizador positivo para la divisa comunitaria, capaz de estimular su apreciación en las plazas cambiarias.
Otro factor importante para el euro para tener en cuenta son las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre 2020. A medida que nos acerquemos a la fecha de los comicios, el dólar estadounidense podría quedar rezagado por la incertidumbre política que generaría el proceso electoral. Esto, sin duda, beneficiaría al tipo de cambio del EUR/USD, creando un entorno más benigno para su repunte. Por estos motivos, no sería sorprendente que el par más líquido del mundo cotice sobre los 1.1500-1.1600 en los próximos seis meses, una revalorización de alrededor 4% desde sus niveles actuales.